sábado, 12 de agosto de 2017

La alimentación complementaria

Como bien dice el título del post My Baby GF ha crecido sin que nos demos cuenta y dentro de poco vamos a comenzar con la alimentación complementaria. Eso sí, sin dejar la lactancia materna. Cuando decidamos que ha llegado el momento de finalizar esta maravillosa etapa de LM haré un post donde os explicaré los comienzos y el final. Espero escribir ese post dentro de muchos meses... 
Mientras tanto voy a hablaros de la siguiente etapa que nos ocupa en estos momentos. Lo voy a hacer desde el punto de vista de una mami. No soy ni pediatra, ni nutricionista... Antes de nada quiero dejar claro que este post lo escribe la mamá de Jorge.


Desde que me quedé embarazada he leído mucho sobre bebés. Y dentro de todo ello la alimentación complementaria era una de mis lecturas habituales. Ya que como para todos papás es algo totalmente nuevo, que todos queremos hacer de la mejor manera y un tema del que aunque se ha hablado mucho, y se seguirá hablando, no hay unas pautas establecidas. ¿Qué quiero decir con que no hay unas pautas establecidas? Que en este tema cada maestrillo tiene su librillo. Aunque es cierto que cuando te pilla de nuevas tienes un montón de dudas y el tener una referencia es primordial para sentirte seguro.

martes, 1 de agosto de 2017

OSG

Si os dijese que gracias a una recomendación de Sin gluten Valencia y a Noelianely, una seguidora del blog, he comido dos días en un bar donde la carta es 100% sin gluten, los postres y la masa de pizza son caseros. El menú entre semana cuesta 7,95€ (incluye primero, segundo, postre y una bebida) todos me preguntaríais al segundo que ¿dónde? Bueno pues en OSG. Está situado en el CC MN4 en Alfafar, Valencia.

Hacia días que no salía de un sitio tan contenta. Es cierto que cada vez más los hosteleros se están poniendo las pilas. Aunque este caso es diferente. Aquí la dueña es celíaca. Ahora entendéis muchas cosas verdad.
Si nos preguntasen a los celíacos cómo sería nuestro bar ideal y qué es lo que más echamos de menos cuando salimos a comer fuera de casa. Estoy segura de que la mayoría diríamos que la carta fuese como la del resto de comensales, que el pan y el postre sin gluten no fuese un lujo que sólo podemos encontrar en algunos establecimientos, que nos sirviesen la comida a la vez que a los demás, que los platos no fueran sacados de un menú infantil, que los camareros estuvieran formados y que no tuviéramos que hacer mil preguntas sobre la contaminación cruzada (tener pan sin gluten no quiere decir que sepan hacer un menú para celíacos), que no se nos cobrase un suplemento por los platos sin gluten, que cuando nos sirvieran no tuviéramos que asegurarnos de que es nuestro plato y mil puntos que a lo largo de estos años he echado de menos en más de un establecimiento (aunque estuviese formado por alguna Asociación).
También quiero añadir que después de irme alguna que otra vez malísima de un restaurante siempre he tenido más que claro que si los dueños hubieran tenido algún miembro de su familia celíacos la reacción hubiera sido totalmente diferente.

Bueno pues cuando un celíaco monta un negocio para celíacos pone mucho cariño en ese proyecto, pero ante todo pone todos los puntos que él echa de menos cuando sale de casa.