Estaba guardando esté post para que fuese el primero del 2018.
Es un post con una pequeña reflexión y el que espero que dentro de unos años (no muchos) nadie vuelva a escribir.
Os pongo en situación. Vas a pasar la noche en un hotel. Ya sean unas vacaciones, una escapada o simplemente un alto en el camino para descansar y continuar al día siguiente.
Ahora os pregunto ¿Qué es lo que hace todo el mundo cuando se despierta? La respuesta está más que clara ¿verdad? Desayunar. Un elevado porcentaje de la población cuando se despierta desayuna. Digo elevado porque soy consciente de que hay muchas personas que no lo hacen. Aunque como bien sabemos todos, deberíamos hacerlo.
Entonces llega el celíaco que se aloja en un hotel y a la mañana siguiente baja al comedor y... ¡Sorpresa! Si te has llevado el kit de supervivencia (del que hemos hablado en innumerables ocasiones) podrás desayunar y si no siempre te podrás tomar un café, un zumo y mirar como tu acompañante y el resto de comensales desayunan.
El caso es que me he cansado de pagar lo mismo que el resto para tomarme un simple café.
Como ya os conté este año hemos parado varias veces en Valencia a dormir cuando hacíamos el trayecto Almería- Zaragoza y viceversa. Ya que My Baby GF era muy chiquitín para hacer el trayecto del tirón. Sé que cada hora y media hay que parar pero aún así tanto Mr GF y yo veíamos que si para nosotros se nos hacía largo aún parando para él sería más pesado.
Siempre que he ido de vacaciones me he fijado en la escasa o a veces nula oferta sin gluten en cuanto al desayuno se refiere.
Es cierto que entonces no le daba tanta importancia porque siempre buscaba un plan B en la ciudad que visitaba. Pero en estos casos que sólo dormía, desayunaba y me iba, era diferente. Aunque en todos los casos es vernginzoso que no haya opción si gluten.
En este post he decidido centrarme en esas paradas en Valencia. Al hacer tantos viajes fuimos a varios hoteles. Podría hablaros de todos ellos. Pero os voy a hablar de mi experiencia en dos de ellos. Ya que son básicamente el resumen de lo que nos solemos encontrar.
La primera fue en el Hotel Casual Valencia de las Artes.
Cuando buscamos un hotel, y más si es para descansar y continuar al día siguiente con el viaje, buscamos uno con parking, por supuesto que dejen mascotas ya que siempre viajamos con la pequeña Chloé y que tengan desayuno sin gluten. Esto último por desgracia muchas veces lo damos por perdido pero bueno.
Cuando llamé para reservar pregunté por nuestras 3 condiciones en el orden en el que os las he puesto.
Para mi sorpresa me dijeron que sí a todo. Y a ellas añadieron que tenían un servicio especial para bebés con cuna, bañera...
Al ver que la persona que me había atendido me dijo que sí al desayuno sin gluten con mucha naturalidad. Decidí escribir un mensaje al hotel días antes para asegurarme de que todo iba a ser como me habían indicado.
Es cierto que después de tantas experiencias una se vuelve ya desconfiada.
Una vez más me confirmaron que sí que había. Tanto sin gluten como sin lactosa.
Así que genial. No me llevé mi kit de supervivencia porque en unas horas estaríamos ya en Zaragoza.
Esa mañana me desperté y como Chloé se pone tan nerviosa cuando se queda sola en las habitaciones de los hoteles hicimos lo de siempre. Primero desayuna uno y luego el otro. Y así evitamos que escuchara algún ruido y pudiera ladrar.
Ese día bajé yo antes a desayunar. Nada más entrar en el comedor vi variedad de embutidos, quesos, bollería... Así que le pregunté a la chica que había en la sala dónde estaba lo de sin gluten y ella me dijo que no había nada. Imaginad mi cara. Entonces yo le empecé a explicar que me habían dicho que sí que tenían, que había cogido la habitación con desayuno porque ellos me habían asegurado que iba a desayunar.
Tras insistir me dijo que igual les quedaba pan sin gluten en el congelador. Pocos minutos después salió para confirmarme que sí que tenían. Me lo sacó y me dijo que al estar congelado me lo podía tostar en la tostadora.
No hace falta que os diga en qué tostadora me lo podía tostar ¿no? Hay momentos en mi vida que me río por no llorar.
Le expliqué que allí no podía meter mi pan porque en la tostadora había restos de pan normal. Ella me dijo que entonces lo sentía pero que podía comer embutido.
Mi enfado fue creciendo. Ya no solo porque eran las 8 de la mañana y nos teníamos que ir a Zaragoza y no tenía ninguna tienda abierta para comprarme algo si no que ellos me habían asegurado que sí que había y yo había pagado por ello.
Cuando salí del comedor fui a recepción a pedir explicaciones con el mensaje en el que me lo confirmaban. Muchas veces lo decimos que hay cosas que es mejor por escrito.
En esos momentos estaba la responsable y fue al comedor a informarse de lo sucedido y cuando volvió me dijo que esperara en la habitación que me llamarían pero que yo me iba del hotel desayunada.
Así que Mr GF bajo a desayunar mientras que yo esperaba la llamada. Tiempo después recibí la llamada de que ya podía bajar a desayunar. Me habían comprado magdalenas y me ofrecieron embutido cortado dentro sin contaminación cruzada.
La verdad que tanto Mr GF y yo nos quedamos asombrados. Ya que era un lunes a las 8 de la mañana y no sabemos de dónde habían sacado las magdalenas. Así que agradecí más el esfuerzo.
Y ahora os contaré la otra experiencia en el Hotel Ibis Budget Valencia Alcasser. Repetimos las condiciones que os he mencionado anteriormente. Siempre haciendo especial hincapié en el desayuno sin gluten. Una vez más me dicen que sin problemas. Pero en esta llamada me encuentro al otro lado del teléfono con una persona que sabe del tema. Y me habla de una tostadora a parte, de pan, galletas, mermelada individual...
Al día siguiente nos despertamos toda la familia y esta vez bajamos todos a desayunar. El hotel dispone de una terracita donde puedes sacar tu bandeja y desayunar fuera. Así que nos vino genial para no dejar a Chloé sola en la habitación y poder desayunar todos juntos.
Nada más entrar le pregunté a la chica sobre el desayuno sin gluten. Ella me dijo que no me preocupase que tenían todo guardado dentro para que nadie lo tocará. Me sacó una bolsa de pan de molde Schär sin empezar, dos paquetes de galletas y una tostadora.
Me indico donde la podía enchufar y me remarcó que sobre todo cuando terminase de usarla se la devolviese para que nadie pudiera meter allí el pan normal. Ya que esa tostadora sólo la tenían para el pan sin gluten. Así que nada más tostarme el pan se la devolví para que la recogiera.
También tenían mermelada y mantequilla en monodosis, me ofrecieron la opción de sacarme embutido y queso de dentro y algo que no se ve mucho en bares y hoteles, sobres de Nesquik. Siempre suelen tener Cola-Cao. Esta vez desayune muy bien. O mejor dicho, desayune como el resto.
*Aprovecho para recordar que aunque Adriana Abenia una vez dijese que ella desayunaba fresas con Cola-Cao no es apto. Entre sus ingredientes lleva gluten. Así que no es apto.
Ahora abro el debate ¿Tanto cuesta tener opción sin gluten en un hotel? ¿Es justo pagar alojamiento y desayuno para que tomarnos un café y una magdalena sin gluten?
Mi opinión es que está más que demostrado que si se quiere se puede. Que formar al personal es algo que enriquece enormemente al establecimiento. Y me atrevería a decir que actualmente esa formación le da un valor añadido al mismo.
Es una pena que a día de hoy sigamos sin tener un simple desayuno o opciones para comer en todos los sitios.
Comenzamos el 2018 con fuerza y con ganas de que haya muchos cambios en el mundo gluten free.
Lorena Calvo
Gluten Free Para Principiantes
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